El reflujo estomacal es un trastorno del sistema digestivo que afecta a un gran número de personas; el cual se manifiesta cuando el esfínter ubicado en la parte inferior del esófago no se cierra correctamente y permite que los ácidos gástricos se devuelvan hacia el esófago.
Este evento ocasiona una sensación de malestar y ardor que se refleja entre el estómago y la garganta a lo largo del esófago, la cual puede ir de leve a moderada y en algunos casos pasar a un estado de mayor gravedad; llegando a propiciar la aparición de enfermedades respiratorias y trastornos de sueño.
Las principales causas del reflujo estomacal están ligadas a malos hábitos alimenticios y se presenta con mayor frecuencia en personas con sobrepeso; aunque puede afectar a personas de todas las edades.
Para combatir el reflujo estomacal, se pueden adoptar una serie de medidas que van estrechamente relacionadas con un cambio en el estilo de vida y los hábitos alimenticios, a fin de propiciar que progresivamente se reduzcan los síntomas.
Mantener tu peso en los rangos aceptables
La obesidad es una de las principales causantes de la aparición del reflujo estomacal, dada la tendencia a comer grandes cantidades de alimentos procesados y poco saludables que provocan un aumento significativo del abdomen. Esto genera una presión excesiva en el esfínter del esófago y éste no tiene la capacidad de cerrarse cuando debe hacerlo.
Evitar el consumo de alimentos altamente grasosos
Lo más recomendable para evitar el reflujo estomacal es llevar una dieta saludable, basada en frutas, verduras, carnes blancas y cereales integrales. Es indispensable evitar o reducir al máximo el consumo de carnes rojas con alto contenido de grasas, alimentos fritos y cualquier otro tipo de grasas saturadas.
Evitar las bebidas alcohólicas, gaseosas y la cafeína
Ciertas bebidas propician que se genere el reflujo estomacal, como el alcohol, las bebidas gaseosas o el café, por lo que es adecuado eliminarlas de tu dieta para reducir los molestos efectos de esta enfermedad.
No fumar
De acuerdo a un estudio publicado recientemente por investigadores de la Universidad de Harvard, se logró determinar que el tabaco prolonga el tiempo que demoran los ácidos en salir del esófago, por lo que propicia a que se genere el reflujo estomacal y puede complicar los síntomas.
Ejercitarse regularmente
En base al mismo estudio mencionado previamente, quedó evidenciado que quienes realizan actividad física regularmente, tienen menos tendencia a padecer de esta enfermedad. Es por ello que es conveniente que procures incluir en tus rutinas diarias algún tipo de ejercicio, por lo menos por 30 minutos diarios.
Reduce las porciones de comida
Para asegurar un estado de salud óptimo y con un peso adecuado, es conveniente que reduzcas las porciones de comida que solías consumir. Evita a toda costa comer hasta tener una sensación de llenura y pesadez. Es preferible que consumas raciones pequeñas distribuidas en un mayor número de veces por día.
No duermas justo después de comer
Uno de los grandes errores que se cometen habitualmente es tomar siestas justo después de comer. Esta situación es contraproducente si padeces de reflujo estomacal, puesto que al adoptar una postura horizontal, los alimentos contenidos en el estómago tardarán más en fluir; propiciando a que exista la posibilidad de que los ácidos estomacales se devuelvan al esófago.
En todo caso, lo mejor será esperar como mínimo 2 horas después de comer para acostarte, e intentar permanecer la mayor cantidad de tiempo posible con el esófago en posición vertical. De este modo la gravedad ayudará a que el proceso digestivo se realice con mayor rapidez, evitando que se produzca el reflujo estomacal.