Hay muchos tipos de salud, como la salud física, la salud mental, la salud espiritual, la salud cultural, la salud social, la salud financiera, la salud medioambiental, etc. Además, todos estos tipos de salud pueden influirse mutuamente.
Por ejemplo, si estás intentando prevenir un embarazo y puedes acceder a los anticonceptivos que necesitas (salud física), esto puede ayudar a crear un estado de ánimo más positivo (salud emocional), lo que también puede repercutir positivamente en tu sensación de confianza y autoestima sexual (salud sexual).
La salud sexual es tan valiosa como cualquier otro tipo de salud.
El grado de importancia será diferente para cada persona. A veces, dependiendo del lugar del mundo en el que te encuentres y de tu educación, la salud sexual puede no ser tan reconocida como otros tipos de salud; sobre todo por ciertos tabús.
Suele haber mucha vergüenza asociada a las cosas del «sexo». Por ejemplo, puede resultar más cómodo hablar de un resfriado común o una gripe con la familia, los amigos o el médico que hablar de cuestiones relacionadas con la salud sexual; sin embargo, la salud sexual es una de las improntas más naturales de que disponen los seres humanos.
¿Qué influye en la salud sexual?
La forma de definir la salud sexual es diferente para cada persona y algo que va a depender directamente de:
Nuestros valores y creencias, educación, cultura, religión, espiritualidad, el lugar donde vivamos, nuestra pareja sexual, nuestras experiencias personales, las expectativas sociales, la familia, los derechos de las personas…
Al final, los factores que influyen en tu salud sexual dependen de tu educación sexual y esta la forman la familia, amigos, sociedad y momento en que vivamos, la cultura, nuestro credo, etc.
La forma en que experimentamos nuestra salud sexual también forma parte de cómo experimentamos el mundo. Por ejemplo, hay muchos factores que los investigadores de la salud han identificado que pueden afectar a nuestra salud, incluida la salud sexual. Estos factores se conocen como «determinantes sociales de la salud» y son los que determinan cómo nuestra salud se ve afectada por circunstancias como los ingresos, la educación, el empleo, el desarrollo de la infancia, la alimentación, la vivienda, los servicios sanitarios, el género, la raza, la discapacidad, la condición de indígena, la marginación social y los servicios sociales.
Son muchas las cosas que pueden influir en tu salud sexual, por eso, es importante que tengas muy claras las siguientes circunstancias para mantenerte sexualmente activo.
Mantente activo
Una de las mejores formas de mejorar su salud es el ejercicio cardiovascular. El ejercicio regular (30 minutos al día) van a ayudar a que tu rendimiento sexual y tu corazón se mantengan en forma.
Come estas frutas y verduras
Son buenas para mejorar el flujo sanguíneo:
- La cebolla y el ajo. Puede que estos alimentos no sean buenos para el aliento, pero pueden ayudar a la circulación de la sangre.
- Plátanos. Esta fruta rica en potasio; que ayuda a reducir la presión arterial, lo que puede beneficiar a aumentar el rendimiento sexual.
- Chiles y pimientos. Los alimentos picantes ayudan a la circulación de la sangre reduciendo la hipertensión y la inflamación.
- Jengibre. Aumenta el flujo sanguíneo lo que puede aumentar la lívido y excitación sexual.
Come estas carnes y otros alimentos
También buenos para mejorar el riego sanguíneo:
- Ácidos grasos omega-3. Este tipo de grasa aumenta el flujo sanguíneo. Puedes encontrarlo en el salmón, el atún, los aguacates y el aceite de oliva.
- Vitamina B1. Esta vitamina ayuda a que las señales del sistema nervioso se muevan más rápido, incluidas las señales del cerebro al aparato sexual. Se encuentra en la carne de cerdo, los cacahuetes y las alubias rojas.
- Huevos. Con un alto contenido en otras vitaminas del grupo B, los huevos ayudan a equilibrar los niveles hormonales. Esto puede disminuir el estrés que a menudo inhibe la erección.
Reducir el estrés
El estrés puede afectar a todas las áreas de su salud, sobre todo en la lívido.
El estrés aumenta su ritmo cardíaco (en el mal sentido) y aumenta la presión arterial. Ambos son perjudiciales para el deseo y el rendimiento sexual.
Por otra parte, el estrés psicológico también puede afectar a la consecución de una erección o al logro de un orgasmo.
El ejercicio es una buena forma de combatir el estrés y mejorar la salud.
Otro modo directo de combatir el estrés es hablar relajadamente con tu pareja, fortalecer la relación y hablar sin vergüenza del plano sexual.
Hablar con tu pareja sobre tu estrés también puede calmarte y, al mismo tiempo, fortalecer tu relación.
Abandona los malos hábitos
Los hábitos en los que confías para relajarte, como fumar o consumir alcohol, afectan y mucho al rendimiento sexual.
Aunque los estudios sugieren que un poco de vino tinto puede mejorar la circulación, el exceso de alcohol puede tener efectos adversos y devastadores en la concentración y la lívido.
Los estimulantes estrechan los vasos sanguíneos y se han relacionado con la impotencia. Reducir el consumo de alcohol y tabaco va a mejorar notablemente el rendimiento sexual.
Toma el sol
La luz del sol frena la producción de melatonina del cuerpo. Esta hormona nos ayuda a dormir, pero también calma nuestros impulsos sexuales. Menos melatonina significa que puede haber más deseo sexual.
Salir al exterior y dejar que el sol se filtre en tu piel puede ayudar a despertar tu deseo sexual, especialmente durante los meses de invierno, cuando el cuerpo produce más melatonina.
Masturbarse para mejorar la duración del coito
Si no estás durando tanto como te gustaría en la cama, puede que necesites algo de práctica. Aunque el sexo es la mejor manera de practicar para el sexo, la masturbación también puede ayudarte a mejorar tu duración.
Sin embargo, la forma en que te masturbas puede tener efectos perjudiciales. Si te precipitas, podrías disminuir sin querer el tiempo que duras con tu pareja. El secreto está en hacer que dure, tal y como quieres cuando no estás solo.
Presta atención a tu pareja
El sexo no es un camino de ida…
Prestar especial atención a los deseos de tu pareja, no sólo hace que el sexo sea placentero para ella, sino que también te excite a ti y no te frene; o que lo haga si deseas durar más tiempo.
Alternar el ritmo o centrarte en tu pareja mientras te tomas un descanso puede hacer que la experiencia sea más agradable para ambos.
Busca más ayuda si la necesitas
Si tienes disfunción eréctil, la enfermedad de Peyronie u otros trastornos diagnosticados, es posible que necesites tratamiento médico.
No obstante, nunca es una mala decisión hacer ejercicio, comer bien y disfrutar al máximo de su vida sexual.